lunes, noviembre 12, 2012

A oscuras


Anoche, se fue la energía en mi casa.  Bueno no sólo en mi casa, sino más bien en el barrio y también se tuvo que ir en la casa de Gonzalo. Él vive en frente mío y a pesar de que es un tipo normal, casi nunca está acompañado.

En el momento en que empezó la avalancha de oscuridad hacía nuestro barrio, Gonzalo debió estar durmiendo o terminando de comer para irse a dormir.

Realmente no estaba durmiendo, estaba acostado, y por alguna razón no podía dormir, así que empecé a suponer que ya no era Gonzalo y que todo estaba bien, de hecho todo estaba bien, hasta que en medio de la oscuridad empecé a tener miedo... No sé exactamente de qué, pero sólo me iluminaba la luz tenue y conmovedora de una vela; el silencio era absoluto. Pensé que si el silencio  existiera sería algo como esto.



Pensé en lo que deberían sentir los ciegos al estar constantemente a oscuras y me pregunto si ellos también temerán constantemente o ya estarán acostumbrados a estar a oscuras.





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